EL RETORNO DE HENOCH
Fermin Vale Amesti (Albanashar-Al. Wáli)
Introducción
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“Todo reino dividido es desolado; y toda ciudad o
casa
dividida contra sí misma, no permanecerá”₁
La razón de ser de este libro es difundir la Luz Masónica y reunir lo
disperso. Porque todo propósito masónico es constructivo. Aspiramos
construir, no destruir; explicar y armonizar; no sólo señalar imperfecciones,
sino pregonar las Verdades Tradicionales y alejar de desorientación y la
desconfianza. No destruir ni siquiera el error porque nuestros Maestros
Pasados nos enseñaron y nos demostraron que nada se destruya, todo se
transforma.
Para ello, el Masón, como obrero de la inteligencia constructiva universal,
recurra a la Regla, que es la imagen misma de la exactitud y también de la
verdad.
Al oponer “la Verdad al error”, estamos actuando con Sabiduría, la primera
Luz de nuestra orden, junto con la Fuerza y la Belleza. De ese modo estamos
reconociendo que existe una sola realidad que es el Bien, y que lo que se llama
el Mal, es producto de la ignorancia. Vencer la ignorancia por el conocimiento
de la Verdad, es vencer el Mal.
“Ciertos Masones consideran y enfocan la Masonería”, precisa Aurifer, en
un marco banal que demuestra la insuficiente preparación y documentación
que poseen sobre los fines y medios verdaderos de la Orden. Para un Masón
prisionero del error, toda discriminación se eclipsa y oscurece hasta llegar a
perder el sentido de lo verídico y de lo auténtico. Un masón así, extraviado, no
está más en capacidad de percibir aquello que le es realmente útil en el
dominio Iniciático. Para él, los Símbolos devienen letra muerta, cuando no los
invierte a sabiendas. Y una vez que dicho Masón ha llegado tan lejos en el
descenso hacia las tinieblas espirituales, difícilmente se pude imaginar una
vuelta a subir de nuevo por sus propios medios”
El autor se coloca en la línea de la Masonería Tradicional, cuyos fines son
la espiritualización de los individuos y de la sociedad en lo inmediato, y en si
significación más profunda, la Reintegración de ser en su estado Primordial.
Respetamos otras formas de masonería “moderna” porque el espíritu masónico
es amplio y abierto a toda actitud de tolerancia y de esfuerzo conciliatorio y
fraternal. Con ello, queremos dejar bien entendido que no es nuestro propósito
descender al plano de la polémica y controversia, cosa absolutamente estéril y
fuera de lugar en el dominio de las ideas Masónicas, pero en cambio,
pregonamos y defendemos la función espiritual de la Masonería; espiritualidad
que está más allá de las sectas y de las religiones.
Nuestros puntos de vista son puramente Doctrinales, por lo cual, estamos
muy lejos de cualquier intento de controversia, mucho menos con quienes han
perdido por completo los puntos de vista y la actitud Doctrinal propios de todo
espíritu Tradicional y cuyas tendencias son, por el contrario, la negación y la
total desvinculación con esos principios esenciales.
Así pues, nuestra posición es exclusivamente la del dominio de los
Principios y de la Tradición. Por ello, este libro, cuya contextura pudiera
aparecer a primera vista como de contenido o urdimbre diverso está, en
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verdad, unido por la fuerte trama de una sola verdad fundamental: el robusto
“hilo” de la Tradición Iniciática Occidental.
Afirmamos que la Masonería Tradicional no es un simple grupo creado
por decisión simplemente “humana”, razón por la cual, sus objetivos buscan
algo más que los “fines definidos” e inmediatos que muchos desorientados y
desorientadores tratan vanamente de imponerle. Afirmamos igualmente que la
Masonería no es un Club, ni un partido político, ni un sindicato. Tampoco es
una Religión, ni Ocultismo, ni Misticismo, ni Espiritismo; es pura y
simplemente una Escuela Iniciática Regia o Real; es decir, lo que tiempos
antiguos se conocía como una “Escuela de Misterios Menores”.
Nada de lo que aparece escrito en este libro es invento ni creación del
autor. Todo lo que había de inventar y crear ya lo hicieron ab-initio (BRSHT,
Apxn), los creadores-fundadores de la Masonería Primigenia. Por ello, nunca
mejor que en el presente caso tienen más vigencia y justificación las palabras
del Eclesiastés (1:9) “nada hay de nuevo bajo el sol”. Lo único que tiene
importancia es la idea que ha de transmitirse y no quién la transmite.
Este libro es, simplemente una obre de compilación o recopilación. Es un
intento de “recoger los restos del cuerpo de Osiris esparcidos por el suelo”. Y
esos restos no son propiedad de ningún individuo en lo particular, son la
Heredad de los Iniciados de todos los tiempos.
Sin embargo, para adelantarnos a los “opiniones alegres” y no pocas veces
prejuiciadas de algunos “eruditos”, orientalistas, críticos, folkloristas y demás
“autoridades” que casi sistemáticamente tratan de etiquetas, encasillar y definir
a su manera las ideas y opiniones ajenas, deseamos aclarar que dicha
compilación no es obra de sincretismo ni eclecticismo; no es una mezcla de
elementos disímiles de tradiciones diversas, sino que por el contrario, se trata
de un esfuerzo de síntesis de elementos Doctrinales similares y coherentes, que
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provienen de un Conocimiento Tradicional común, que es la Vía Iniciática de
Occidente, con un principio unificante de orden profundo.
El tema central de su contenido es como un “hilo de Ariadna” al Teseo de
nuestros tiempos, a fin de que, guiándose por entre el laberinto de las
innumerables formas bajo las cuales está escondida la Gran Tradición Única,
pueda buscas la “Palabra Perdida” salir la Luz de las Tinieblas y restablecer el
Orden (Ordo ab chao, lux e tenebris).
Es un sincero y ardorosa esfuerzo por intentar que lo disperso retorne a la
unidad. Un retorno a la Fuentes Primigenias, con miras a la reorientación y
restauración de la Tradición Iniciática de Occidente, conservando con
ardiente celo y responsabilidad lo que de buena fuente hemos recibido y
prometido mantener, cuidar y transmitir. Y, por otra parte, tratar de evitar y
detener la “dispersión” causada por la usurpación que ha venido degenerando
la prístina enseñanza, pues evidente que la decadencia que ha sufrido la
Masonería moderna, ha preparado el camino franco a la perversión, cuyos
“efectos altamente nocivos se advierten claramente en muchos Ritos y, en los
cuales, la inversión total del espíritu de la genuina Tradición Masónica, los
está convirtiendo, consciente o inconscientemente, por su degradación
progresiva, en instrumentos de la contra iniciación. “El que no recoge,
derrama”₂.
Para señalar como ejemplo solamente una de las diversas tendencias
profanas y profanadoras que tienen, desafortunadamente, un predominio
cuantitativo en la Masonería Ordinaria de nuestro tiempo, citaremos el tipo de
individuo que presume de “científico”, “El cartesiano sin ton ni son”, con si
irreductible “orgullo intelectual” (Oh, Hybris…), no tolera otras ideas que no
sean las propias; no se deja instruir (masónicamente, desde luego), a menos de
que se acepten sus propios dogmas y sus puntos de vista excluyentes y
deformantes. Vive en un enceguecimiento voluntario que sólo demuestra un
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temor a la Verdad. Negarse a conocer es ignorancia, ya que no es falta de
conocimiento. Ese tipo de Masón es como un pez que pretende vivir fuera del
agua…Es evidente que tiene la pretensión de ser Masón, ya que de otro modo
no se explicaría por qué pidió la Iniciación Masónica. Pero una vez dentro de
ella, prescinde arrogantemente de esta Tradición y se esfuerza por reemplazarla
por lo que él cree, y por lo que más conviene a sus intereses personales.
Ese tipo de Masón, cuando tiene que enfrentarse al Mutus Liber del
Simbolismo y el Esoterismo Masónico, a los métodos Iniciáticos, experimenta
un constreñimiento insoportable, el cual no logra aliviar sino con el rechazo,
con un desdén o con la actitud de la zorra: “las uvas están verdes…”.
Generalmente acostumbra a catalogar y etiquetar con adjetivos no siempre
muy fraternales, la posición y la actitud de quienes sí entienden, observan y
respetan la genuina Tradición Masónica. Como no puede ascender hasta la
altura de los hermanos ejemplares, trata de rebajarlos hasta su propia estatura
“Un ojo enfermo no puede sostener su mirada en la luz”; un profano, es
decir, un ser no calificado para recibir la iniciación, es repelido por la luz de la
verdad…
Un intelecto sin espiritualidad es solamente una falsa y prestada luz. El ojo
está hecho para la luz y la inteligencia está hecha para la verdad. Si ella la recibe
y la expresa, cumple su función, y ese es todo. Pero si está en lo negro y en el
error, es que se ciega a sí misma o se deja deslumbrar por falsas luces.
“Tú buscas la verdad, dices. ¿Cómo? ¿Acumulando nociones, calculando,
combinando, esgrimiendo argumentos complicados? Levanta la cabeza y abre
el ojo a la evidencia de la Luz”₃.
Así como la habilidad de ver estaba innata en los seres vivientes antes de
que el órgano que conocemos como el ojo hubiera sido desarrollado,
analógicamente, la habilidad para comprender el infinito existe antes de que el
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organismo que permite a esa habilidad funcionar, existiera. La Doctrina
Cabalística nos dice: “Lo inmanifestado concentra dentro de sí mismo un
punto o centro”. La Tradición nos enseña que mediante el Conocimiento
Directo (Gnosis), el hombre pude encontrar el camino de regreso hacia su
propio Centro Intimo. Para ello, es imprescindible estar movido por una
receptividad espiritual de fuerza irresistible, una sed de absoluto y un Corazón
ardiente.
Decía Kong-Tzeu: “no puedo hacer comprender a quien se esfuerza por no
comprender. Si le he desvelado la esquina de una cuestión y no ha visto las
otras tres, renuncio a enseñarle”.
A pesar de que en la inmensa mayoría de los seres humanos existe un
comprensible deseo de claridad, que no es sino el resultado de la formación
exclusivamente racionalista que le ha sido impuesta desde su infancia, además
de lo que en muchos casos es también pereza intelectual, cuando se trata de
esoterismo, y muy especialmente, cuando el asunto a tratar se relaciona con el
proceso anímico, no es posible expresarse con frases y términos que no se
conforman a la realidad de las cosas anímicas que son procesos vivenciales, y
que, por lo tanto, jamás pueden ser comprendidos por la reducción simplista
de la claridad, pues transmitir o comunicar a otros algo de la experiencia
íntima es una tarea prácticamente imposible. Experientia docet (la experiencia
enseña). Decía Myers: “ ¿Cómo puedo yo decir, y como puedes tú recibirlo?
¿Cómo, salvo que tú pases por lo que yo he pasado?”.
Allen Watts, en su libro Nature, man and woman, señala a este respecto:
“nuestra dificultad no es que hayan desarrollado la atención consciente, sino
que hemos perdido el más amplio estilo de percepción que debería ser su
fondo; la percepción que nos permitiría saber lo que la naturaleza es desde
dentro. Tal vez alguna insinuación de percepción sostiene nuestra perenne
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nostalgia por la “vida natural”, y el mito de una Edad de Oro de la cual hemos
caído”.
Cuando los seres humanos adquirieron los poderes de atención consciente
y pensamiento racional, quedaron tan fascinados con estas herramientas, que
olvidaron todo lo demás, como gallinas hipnotizadas con sus picos sobre la
línea de tiza. Nuestra sensitividad total llegó a identificarse con estas funciones
parciales, de manera que perdimos la habilidad de sentir la naturaleza dentro;
aún más, a sentir la unidad inconsútil de nosotros mismos y el mundo. Nuestra
filosofía de acción cae en las alternativas de voluntarismo y el determinismo,
libertad y destina, porque no tenemos sentido de la integridad del interminable
vínculo y de la identidad de sus acciones y las nuestras.
Un cabalista de nuestro tiempo dijo: “la diferencia entre los hombres se
reduce a la presencia o a la ausencia de una experiencia espiritual”.
Buddha dijo: “no creas nada por la sola afirmación de los doctores y de los
Sacerdotes. Pero aquello que hayas verificado personalmente y experimentado,
y al fin reconocido por verdadero, guárdalo y hazlo tu Doctrina”.
El principal objetivo de este libro es un intento de reunir fragmentos de la
Gran Sabiduría, esa Antigua Sabiduría que está regresando al mundo, como
signo inequívoco del “Retorno de Henoch” anunciado por los Adeptos…El
tiempo ha llegado cuando el mundo necesita de la Antigua Sabiduría como
nunca antes…
Finalmente, aclaramos a quienes pudieran considerar que las repeticiones
son muy notorias a lo largo del libro, que es parte del método Iniciático utilizas
deliberadamente un gran número de repeticiones con el propósito de estimular
la evocación mental de las imágenes contenidas en la idea, sugeridas por las
palabras y energizadas por la reiteración. La Imaginación no es meramente una
fantasía sino un órgano para la percepción de las cosas reales…
Al publicar este libro, nuestro más ferviente anhelo es que, por medio de
sus páginas, pueda ofrecer un Camino a los sinceros buscadores de la Verdad
Masónica, y que su contenido pueda ayudar a muchos masones a obtener más
Luz por medio del maravilloso simbolismo Masónico, especialmente a los
pocos de las generaciones jóvenes de hoy, que obedecen al íntimo llamado de
la vocación Iniciática.
Albanasbar Al-Waly
₁ Mateo, 12, 25.
₂ Mateo, 12, 30.
₃ Lanza del Vasto
Tomado de la pagina: www.ferminvale-jpozarnik.org
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