lunes, 27 de julio de 2015

EL RETORNO DE HENOCH

EL RETORNO DE HENOCH 

Fermin Vale Amesti (Albanashar-Al. Wáli)

Introducción

www.ferminvale-jpozarnik.org 


 “Todo reino dividido es desolado; y toda ciudad o 
casa dividida contra sí misma, no permanecerá”₁


La razón de ser de este libro es difundir la Luz Masónica y reunir lo disperso. Porque todo propósito masónico es constructivo. Aspiramos construir, no destruir; explicar y armonizar; no sólo señalar imperfecciones, sino pregonar las Verdades Tradicionales y alejar de desorientación y la desconfianza. No destruir ni siquiera el error porque nuestros Maestros Pasados nos enseñaron y nos demostraron que nada se destruya, todo se transforma. 

 Para ello, el Masón, como obrero de la inteligencia constructiva universal, recurra a la Regla, que es la imagen misma de la exactitud y también de la verdad. 

 Al oponer “la Verdad al error”, estamos actuando con Sabiduría, la primera Luz de nuestra orden, junto con la Fuerza y la Belleza. De ese modo estamos reconociendo que existe una sola realidad que es el Bien, y que lo que se llama el Mal, es producto de la ignorancia. Vencer la ignorancia por el conocimiento de la Verdad, es vencer el Mal.  

 “Ciertos Masones consideran y enfocan la Masonería”, precisa Aurifer, en un marco banal que demuestra la insuficiente preparación y documentación que poseen sobre los fines y medios verdaderos de la Orden. Para un Masón prisionero del error, toda discriminación se eclipsa y oscurece hasta llegar a perder el sentido de lo verídico y de lo auténtico. Un masón así, extraviado, no está más en capacidad de percibir aquello que le es realmente útil en el dominio Iniciático. Para él, los Símbolos devienen letra muerta, cuando no los invierte a sabiendas. Y una vez que dicho Masón ha llegado tan lejos en el descenso hacia las tinieblas espirituales, difícilmente se pude imaginar una vuelta a subir de nuevo por sus propios medios” 

 El autor se coloca en la línea de la Masonería Tradicional, cuyos fines son la espiritualización de los individuos y de la sociedad en lo inmediato, y en si significación más profunda, la Reintegración de ser en su estado Primordial. Respetamos otras formas de masonería “moderna” porque el espíritu masónico es amplio y abierto a toda actitud de tolerancia y de esfuerzo conciliatorio y fraternal. Con ello, queremos dejar bien entendido que no es nuestro propósito descender al plano de la polémica y controversia, cosa absolutamente estéril y fuera de lugar en el dominio de las ideas Masónicas, pero en cambio, pregonamos y defendemos la función espiritual de la Masonería; espiritualidad que está más allá de las sectas y de las religiones. 

 Nuestros puntos de vista son puramente Doctrinales, por lo cual, estamos muy lejos de cualquier intento de controversia, mucho menos con quienes han perdido por completo los puntos de vista y la actitud Doctrinal propios de todo espíritu Tradicional y cuyas tendencias son, por el contrario, la negación y la total desvinculación con esos principios esenciales. 

 Así pues, nuestra posición es exclusivamente la del dominio de los Principios y de la Tradición. Por ello, este libro, cuya contextura pudiera aparecer a primera vista como de contenido o urdimbre diverso está, en 2 verdad, unido por la fuerte trama de una sola verdad fundamental: el robusto “hilo” de la Tradición Iniciática Occidental. 

 Afirmamos que la Masonería Tradicional no es un simple grupo creado por decisión simplemente “humana”, razón por la cual, sus objetivos buscan algo más que los “fines definidos” e inmediatos que muchos desorientados y desorientadores tratan vanamente de imponerle. Afirmamos igualmente que la Masonería no es un Club, ni un partido político, ni un sindicato. Tampoco es una Religión, ni Ocultismo, ni Misticismo, ni Espiritismo; es pura y simplemente una Escuela Iniciática Regia o Real; es decir, lo que tiempos antiguos se conocía como una “Escuela de Misterios Menores”. 

 Nada de lo que aparece escrito en este libro es invento ni creación del autor. Todo lo que había de inventar y crear ya lo hicieron ab-initio (BRSHT, Apxn), los creadores-fundadores de la Masonería Primigenia. Por ello, nunca mejor que en el presente caso tienen más vigencia y justificación las palabras del Eclesiastés (1:9) “nada hay de nuevo bajo el sol”. Lo único que tiene importancia es la idea que ha de transmitirse y no quién la transmite. 

 Este libro es, simplemente una obre de compilación o recopilación. Es un intento de “recoger los restos del cuerpo de Osiris esparcidos por el suelo”. Y esos restos no son propiedad de ningún individuo en lo particular, son la Heredad de los Iniciados de todos los tiempos. 

 Sin embargo, para adelantarnos a los “opiniones alegres” y no pocas veces prejuiciadas de algunos “eruditos”, orientalistas, críticos, folkloristas y demás “autoridades” que casi sistemáticamente tratan de etiquetas, encasillar y definir a su manera las ideas y opiniones ajenas, deseamos aclarar que dicha compilación no es obra de sincretismo ni eclecticismo; no es una mezcla de elementos disímiles de tradiciones diversas, sino que por el contrario, se trata de un esfuerzo de síntesis de elementos Doctrinales similares y coherentes, que 3 provienen de un Conocimiento Tradicional común, que es la Vía Iniciática de Occidente, con un principio unificante de orden profundo. 

 El tema central de su contenido es como un “hilo de Ariadna” al Teseo de nuestros tiempos, a fin de que, guiándose por entre el laberinto de las innumerables formas bajo las cuales está escondida la Gran Tradición Única, pueda buscas la “Palabra Perdida” salir la Luz de las Tinieblas y restablecer el Orden (Ordo ab chao, lux e tenebris). 

 Es un sincero y ardorosa esfuerzo por intentar que lo disperso retorne a la unidad. Un retorno a la Fuentes Primigenias, con miras a la reorientación y restauración de la Tradición Iniciática de Occidente, conservando con ardiente celo y responsabilidad lo que de buena fuente hemos recibido y prometido mantener, cuidar y transmitir. Y, por otra parte, tratar de evitar y detener la “dispersión” causada por la usurpación que ha venido degenerando la prístina enseñanza, pues evidente que la decadencia que ha sufrido la Masonería moderna, ha preparado el camino franco a la perversión, cuyos “efectos altamente nocivos se advierten claramente en muchos Ritos y, en los cuales, la inversión total del espíritu de la genuina Tradición Masónica, los está convirtiendo, consciente o inconscientemente, por su degradación progresiva, en instrumentos de la contra iniciación. “El que no recoge, derrama”₂. 

 Para señalar como ejemplo solamente una de las diversas tendencias profanas y profanadoras que tienen, desafortunadamente, un predominio cuantitativo en la Masonería Ordinaria de nuestro tiempo, citaremos el tipo de individuo que presume de “científico”, “El cartesiano sin ton ni son”, con si irreductible “orgullo intelectual” (Oh, Hybris…), no tolera otras ideas que no sean las propias; no se deja instruir (masónicamente, desde luego), a menos de que se acepten sus propios dogmas y sus puntos de vista excluyentes y deformantes. Vive en un enceguecimiento voluntario que sólo demuestra un 4 temor a la Verdad. Negarse a conocer es ignorancia, ya que no es falta de conocimiento. Ese tipo de Masón es como un pez que pretende vivir fuera del agua…Es evidente que tiene la pretensión de ser Masón, ya que de otro modo no se explicaría por qué pidió la Iniciación Masónica. Pero una vez dentro de ella, prescinde arrogantemente de esta Tradición y se esfuerza por reemplazarla por lo que él cree, y por lo que más conviene a sus intereses personales. 

Ese tipo de Masón, cuando tiene que enfrentarse al Mutus Liber del Simbolismo y el Esoterismo Masónico, a los métodos Iniciáticos, experimenta un constreñimiento insoportable, el cual no logra aliviar sino con el rechazo, con un desdén o con la actitud de la zorra: “las uvas están verdes…”. Generalmente acostumbra a catalogar y etiquetar con adjetivos no siempre muy fraternales, la posición y la actitud de quienes sí entienden, observan y respetan la genuina Tradición Masónica. Como no puede ascender hasta la altura de los hermanos ejemplares, trata de rebajarlos hasta su propia estatura 

 “Un ojo enfermo no puede sostener su mirada en la luz”; un profano, es decir, un ser no calificado para recibir la iniciación, es repelido por la luz de la verdad… 

 Un intelecto sin espiritualidad es solamente una falsa y prestada luz. El ojo está hecho para la luz y la inteligencia está hecha para la verdad. Si ella la recibe y la expresa, cumple su función, y ese es todo. Pero si está en lo negro y en el error, es que se ciega a sí misma o se deja deslumbrar por falsas luces.

 “Tú buscas la verdad, dices. ¿Cómo? ¿Acumulando nociones, calculando, combinando, esgrimiendo argumentos complicados? Levanta la cabeza y abre el ojo a la evidencia de la Luz”₃. 

 Así como la habilidad de ver estaba innata en los seres vivientes antes de que el órgano que conocemos como el ojo hubiera sido desarrollado, analógicamente, la habilidad para comprender el infinito existe antes de que el 5 organismo que permite a esa habilidad funcionar, existiera. La Doctrina Cabalística nos dice: “Lo inmanifestado concentra dentro de sí mismo un punto o centro”. La Tradición nos enseña que mediante el Conocimiento Directo (Gnosis), el hombre pude encontrar el camino de regreso hacia su propio Centro Intimo. Para ello, es imprescindible estar movido por una receptividad espiritual de fuerza irresistible, una sed de absoluto y un Corazón ardiente. 

 Decía Kong-Tzeu: “no puedo hacer comprender a quien se esfuerza por no comprender. Si le he desvelado la esquina de una cuestión y no ha visto las otras tres, renuncio a enseñarle”. 

 A pesar de que en la inmensa mayoría de los seres humanos existe un comprensible deseo de claridad, que no es sino el resultado de la formación exclusivamente racionalista que le ha sido impuesta desde su infancia, además de lo que en muchos casos es también pereza intelectual, cuando se trata de esoterismo, y muy especialmente, cuando el asunto a tratar se relaciona con el proceso anímico, no es posible expresarse con frases y términos que no se conforman a la realidad de las cosas anímicas que son procesos vivenciales, y que, por lo tanto, jamás pueden ser comprendidos por la reducción simplista de la claridad, pues transmitir o comunicar a otros algo de la experiencia íntima es una tarea prácticamente imposible. Experientia docet (la experiencia enseña). Decía Myers: “ ¿Cómo puedo yo decir, y como puedes tú recibirlo? ¿Cómo, salvo que tú pases por lo que yo he pasado?”. 

 Allen Watts, en su libro Nature, man and woman, señala a este respecto: “nuestra dificultad no es que hayan desarrollado la atención consciente, sino que hemos perdido el más amplio estilo de percepción que debería ser su fondo; la percepción que nos permitiría saber lo que la naturaleza es desde dentro. Tal vez alguna insinuación de percepción sostiene nuestra perenne 6 nostalgia por la “vida natural”, y el mito de una Edad de Oro de la cual hemos caído”. 

 Cuando los seres humanos adquirieron los poderes de atención consciente y pensamiento racional, quedaron tan fascinados con estas herramientas, que olvidaron todo lo demás, como gallinas hipnotizadas con sus picos sobre la línea de tiza. Nuestra sensitividad total llegó a identificarse con estas funciones parciales, de manera que perdimos la habilidad de sentir la naturaleza dentro; aún más, a sentir la unidad inconsútil de nosotros mismos y el mundo. Nuestra filosofía de acción cae en las alternativas de voluntarismo y el determinismo, libertad y destina, porque no tenemos sentido de la integridad del interminable vínculo y de la identidad de sus acciones y las nuestras. 

 Un cabalista de nuestro tiempo dijo: “la diferencia entre los hombres se reduce a la presencia o a la ausencia de una experiencia espiritual”. 

 Buddha dijo: “no creas nada por la sola afirmación de los doctores y de los Sacerdotes. Pero aquello que hayas verificado personalmente y experimentado, y al fin reconocido por verdadero, guárdalo y hazlo tu Doctrina”. 

 El principal objetivo de este libro es un intento de reunir fragmentos de la Gran Sabiduría, esa Antigua Sabiduría que está regresando al mundo, como signo inequívoco del “Retorno de Henoch” anunciado por los Adeptos…El tiempo ha llegado cuando el mundo necesita de la Antigua Sabiduría como nunca antes… 

 Finalmente, aclaramos a quienes pudieran considerar que las repeticiones son muy notorias a lo largo del libro, que es parte del método Iniciático utilizas deliberadamente un gran número de repeticiones con el propósito de estimular la evocación mental de las imágenes contenidas en la idea, sugeridas por las palabras y energizadas por la reiteración. La Imaginación no es meramente una fantasía sino un órgano para la percepción de las cosas reales… 

 Al publicar este libro, nuestro más ferviente anhelo es que, por medio de sus páginas, pueda ofrecer un Camino a los sinceros buscadores de la Verdad Masónica, y que su contenido pueda ayudar a muchos masones a obtener más Luz por medio del maravilloso simbolismo Masónico, especialmente a los pocos de las generaciones jóvenes de hoy, que obedecen al íntimo llamado de la vocación Iniciática. 


Albanasbar Al-Waly 


₁ Mateo, 12, 25. ₂ Mateo, 12, 30. ₃ Lanza del Vasto

Tomado de la pagina: www.ferminvale-jpozarnik.org 

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